viernes, 24 de agosto de 2012


Hoy hemos desayunado con la siguiente noticia:

Fuente: Libertad Digital.


"La Audiencia Nacional ha desestimado el recurso interpuesto por El Corte Inglés contra una orden de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude en la que le exigía que diera los datos de los clientes y empresastitulares de su tarjeta de compra que hubieran hecho desembolsos de más de 30.000 euros al año. Fuentes de El Corte Inglés han asegurado a Efe que la compañía de distribución recurrirá esta decisión judicial.

En la sentencia, a la que tuvo acceso Efe, la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Provincial desestima el recurso de casación interpuesto por El Corte Inglés contra una resolución del Tribunal Económico Administrativo Central, de septiembre de 2009, que dio la razón a Hacienda.

En septiembre de 2008, las autoridades de la lucha contra el fraude reclamaron a la compañía presidida por Isidoro Álvarez que facilitara, "por su transcendencia tributaria", los datos de las personas o entidades titulares de "tarjeta de El Corte Inglés" que, a través de este medio, hubieran realizado pagos por un importe anual igual o superior a los 30.000 euros entre 2006 y 2007.

El Corte Inglés debía identificar a dichos usuarios, facilitar su dirección, el número de sus tarjetas de compra y las entidades financieras con las que operaban. La Agencia Tributaria concedía a El Corte Inglés el plazo de un mes para cumplir con dicho requerimiento y le advertía de que "su desatención total o parcial del requerimiento en plazo podía ser constitutiva de infracción".

El Corte Inglés presentó una reclamación ante el Tribunal Económico Administrativo Central en el que alegaba que el requerimiento incumplía el procedimiento legalmente establecido porque no individualizaba los personas afectadas ni operaciones concretas. Además, la compañía entendía que tal petición adolecía de motivación, vulneraba el principio de proporcionalidad y suponía incurrir en elevados costes indirectos y administrativos.

En septiembre de 2009, el Tribunal Económico acordó desestimar la reclamación, una decisión que ahora ha avalado la Audiencia Nacional en base a sentencias del Tribunal Supremo sobre casos similares. Entre otros motivos, el alto tribunal entiende que cuando el requerimiento expresa que la información es de contenido económico y tiene "trascendencia tributaria" y que se necesita para el desarrollo de las actuaciones de la Agencia Tributaria es "obvio e incuestionable" que está motivado.

Además, considera que el carácter "masivo, indiscriminado o genérico" del requerimiento no lo hace incurrir en una falta de proporcionalidad, al tiempo que entiende que no supone una infracción del derecho a la intimidad, ya que, en este caso, la cesión de datos está amparada por ley". 




Me parece bien la actitud de Hacienda en la búsqueda del fraude por parte de personas que, probablemente declaren ingresos anuales X y después gasten por encima de X.
Lo que no me parece correcto es el cauce que sigue para esta cruzada. El defraudador no es El Corte Inglés, es el cliente que supuestamente incurre en este tipo de engaño a Hacienda.
¿Qué sucede?. Hacienda ha pensado, ¿cual es la forma más rápida y segura de conseguir datos con una base de búsqueda común que nos permita identificar al contribuyente y saber exactamente lo que ha gastado en un año fiscal a efectos del IRPF? Cuando tenga este dato, podré comparar con las declaraciones individuales y de este modo podré iniciar expedientes y enviar requerimientos a aquellos contribuyentes en los que no me cuadren las cuentas y que sean ellos los que me demuestren que estoy equivocado.
¿Quién me va a hacer el trabajo? Buscamos una gran empresa distribuidora entre las de mayor facturación anual y que sirva de ejemplo y de sondeo (empresa satélite) para lo que pueda venir después y que sean ellos los que me demuestren lo que compran sus clientes, que yo ni tengo tiempo, ni ganas, ni personal y tampoco dinero para realizar ese trabajo de chinos.
En mi opinión, Hacienda tiene a gente pensando de dónde sacar dinero, luchando contra el fraude, que me parece estupendo, pero no quiere tener a personal que realice un trabajo que por otra parte pasa al contribuyente para tocarle las narices. Estamos hablando de los años 2006 y 2007, que son el anterior y el de comienzo tímido de la crisis. Después, una vez obtenidos los datos, imagino que se irán a los dos años próximos, y así sucesivamente. Y como pillen a alguno, lo van a doblar, y lo van a hacer con toda la razón del mundo. La Economía Sumergida,....., que no para.

Ultima entrega de "La franquicia" : El futuro



Con el panorama descrito en la situación actual de la franquicia, alguno se preguntará ¿por qué no se ha roto esta agrupación?
La respuesta es tan simple como evidente; por puro interés económico.
La crisis está pasando factura desde el año 2007, y a duras penas soportamos nuestros negocios individuales para cubrir gastos. Los recortes en personal y la reestructuración de los procesos o planificación de la logística y los márgenes, se han visto afectados en aras de conseguir una mayor rentabilidad en cada uno de ellos.
Cuestiones que antes no se nos pasaban por la cabeza, ahora cobran un sentido económico importante. Muchas de estas cuestiones pequeñas, al cabo del año suponen un ingreso importante.
Hemos comenzado a vender todo el cartón y plástico que separamos en cada una de nuestras revisiones; vendemos todos los CD y DVD que aparecen en nuestros contenedores, vendemos o eliminamos de forma gratuita buena parte de los residuos derivados de las recogidas de cartuchos vacíos. Cada vez más, eliminamos puntos de recogida no rentables y proponemos la prestación de la gestión de residuos con un coste por kilo y un tanto por transporte. Vendemos a terceros todos aquellos cartuchos vacíos que por cuestiones técnicas de calidad o por no estar en lista, rechaza nuestra central.
En la gestión de residuos ya no es el precio que te pagan, es lo que no gastas.
Hemos ampliado la línea de productos a la venta. Desde consumibles originales como complemento a la recogida de vacío, hasta mobiliario de guardería, pasando por complementos informáticos, material de oficina, material escolar, reparaciones (asistencia técnica), gestión de otro tipo de residuos, etc.
Todo ello, en el balance anual supone un mayor beneficio que ayuda mucho a mantener nuestras empresas.
Estamos en una situación pintoresca y llena de contradicciones, en la que todo el mundo se queja, pero nadie hace nada.
Supongo que el amparo de una franquicia que paga (cada vez menos en relación con los precios de mercado) cristianamente nos retrae a la hora de abandonar el barco y lanzarnos a la aventura individual, donde probablemente tendríamos que hacer un esfuerzo tremendo para situarnos en el mercado y ganar un prestigio.
Existen tantas razones e impedimentos como franquiciados somos. Cada uno con sus problemas, con sus circunstancias, con su forma de ser.
En unos casos, como he dicho antes, es el amparo, en otros la nostalgia (estoy seguro), en otros la aversión al riesgo, o simplemente con lo que tienen y cómo están les basta. En otras es el miedo.
Esta situación de querer y no poder sin una causa justificada (nadie está obligado a permanecer donde no está a gusto) me recuerda a la película dirigida por Luís Buñuel, El Angel Exterminador, en la que sin saber por qué un grupo de personas que asistía a una fiesta y se concentraba en un salón de una casa, cada uno con sus razones y sus circunstancias, no era capaz de poder salir de ese salón aunque nadie lo impedía, solamente había de salir por la puerta, así de sencillo.
Alguien que en los años 2001-2002 fue valiente y se arriesgó una vez con este negocio, no puedo creer que no sea capaz, de nuevo, de arriesgarse con otro. Realmente ya lo estamos haciendo al margen de la franquicia con nuestros negocios complementarios.
Esta es la otra razón. Tengo negocios complementarios que funcionan medianamente bien, y tengo la franquicia que es segura todos los meses aunque no esté muy conforme con algunas cuestiones. Interés económico.
Este es a grandes rasgos y en mi opinión el planteamiento desde la posición de los franquiciados pero, ¿cual es la posición de la central?, ¿porqué no ha abandonado ya el negocio, cuando la franquicia ha estado en venta durante al menos 4 años? ¿qué es lo que ha retenido a la central a abandonar el negocio?
Solo puedo hacer un planteamiento personal, a la vista de lo que he visto y vivido, por tanto no tiene por qué ser algo exacto, solo mi opinión.

En el año 2006, percibimos un hartazgo del negocio por parte de los franquiciadores. Ocasión que no dejé pasar por alto para hacerles un comentario al respecto, que nunca me negaron. Después del esfuerzo que supuso la expansión de la franquicia por el país vecino (Francia) y también los ingresos por derechos de explotacion, además del compromiso de contrato por 5 años con cada uno de los nuevos candidatos, no era el mejor momento para abandonar y deshacer el grupo, sí lo era, como puede ser en todo momento, para vender, que siempre es mejor que abandonar y no "sacar tajada".
Otro detalle importante es el momento en que los administradores delegan sus funciones principales a personal contratado, para desligarse casi al 100% de la gestión del negocio, y dedicarse a ser propietarios, además de poner en marcha otras cuestiones personales y profesionales.
En mi modesta opinión, se habían cansado de la franquicia, y aún hoy, están hartos de un negocio que no ha alcanzado los objetivos que tenían previstos o que fueron planificando a medida que crecíamos.
En cierto modo lo entiendo, porque es difícil remar con la "élite de palistas" de que dispone este "grupo".
¿Qué conlleva una expansión a esta escala, entre otras muchas cosas?, un incremento bestial en el número de cartuchos a gestionar. Mayor stock de vacios. Si ha esto le añadimos el comienzo de una crisis en la que la rotación del almacén se reduce a pasos agigantados y ves que comienzas a tener una depreciación del valor de tu mercancía almacenada y le sumas la imposibilidad de vender determinados modelos que antes salían "como churros" y a buen precio, tienes un problema. No solo ya no puedes plantear la venta de una franquicia tan grande, sino que como te descuides pierdes una cantidad enorme de dinero como no pongas remedio. Realmente desconozco el valor de compra de todo el material cuando comienza la crisis, pero sin duda hablamos de millones de euros. Nadie está dispuesto a perder tanto dinero después de tanto esfuerzo.
En ese mismo instante se retoma de lleno el control de la gestión de una manera más directa por parte de los administradores (propietarios del negocio) y nos vemos todos, absolutamente todos, inmersos en salvar nuestros negocios. Con la anarquía descrita en entregas anteriores, llegando hasta hoy con innumerables dificultades, no ajenas a otros sectores y a otras empresas, y soportando los embates de forma numantina. Esperemos que al final no ganen los romanos, no dure esta situación los 20 años de asedio que soportó esta antigua población celtíbera, y tengamos que resistir con tenacidad hasta el límite.

¿Sirve la aplicación de las teorías post-crisis para lo que nos vaya a deparar el futuro?. Solo el tiempo lo dirá. Cuando oímos que aquella empresa que soporta una situación como la actual sale reforzada de la misma, entendemos que si ha aguantado en la peor de las situaciones, lo que venga después es tan sencillo y cómodo que no debería tener ningún problema. Pero después de una crisis viene la recuperación, y depende muy mucho de cómo quedes afectado para afrontar y lograr esa recuperación. Algunas empresas desaparecen después  de haber sufrido lo indecible y haber superado crisis. 
Sigo pensando que, excepto casos concretos, una buena gestión es lo que te salva en todo momento.
Para finalizar, diré que el futuro es tan desconocido como lo era al comienzo de esta gran aventura empresarial. Depende sobre todo de cada uno de nosotros qué es lo que queremos que sea nuestra franquicia, o nuestra empresa. Es nuestra decisión. Podemos seguir estando sometidos a un régimen de franquicia, con el compromiso que conlleva, o ser libres al 100% en nuestro quehacer diario y con nuestro o nuestros negocios. "Nadie nos obliga a ser libres y nadie nos obliga a ser esclavos".

martes, 21 de agosto de 2012

NUESTRO TURISMO

El precio para los ribereños y el precio para los forasteros.


Desde tiempos inmemoriales, el turismo ha sido la fuente de ingresos y la entrada de dinero exterior, más grande para nuestro país. Hemos mejorado en infraestructuras, comunicaciones, prestación de servicios, atención al cliente, etc, etc.

Este lunes y martes de agosto, días 20 y 21, he hecho una de las cosas que más me gusta, conocer España. Pero no la España que vemos en televisión con esas playas y esos monumentos grandiosos que atraen turismo nada más ofrecerlo, no, esta España nuestra del interior, la de los pueblos que aparecen después de una carretera de montaña sin señalización horizontal y de un solo carril donde apenas pueden cruzarse dos vehículos. 
Esos pueblos escondidos en zonas boscosas y en depresiones de terreno, hundidos casi hasta el olvido, pero que con mucha frecuencia, sobre todo en el buen tiempo, son visitados por turistas que buscan lugares tranquilos, donde encuentras verdadera comida casera y donde puedes entablar conversaciones sobre cuestiones que no escuchabas desde los tiempos de Carolo.
Desconozco si existe un acuerdo encubierto, como sucede en muchos sectores y empresas de nuestro país, pero he vivido una vez más la sensación de aquel que asiste al "timo de los dos precios" tan conocido en nuestra geografía.
En el bar Puri, del municipio de Ruerrero (Cantabria), lindando con la provincia de Burgos, entramos a tomar un café con hielo. Precio normal, aceptable, (un poco elevado para el bar y el pueblo). Antes de irnos pedimos una botella de agua fría, de las de litro y medio. 1,40 €. Teníamos sed, sobre todo la niña, y aún sabiendo que nos aplicaban el precio de los forasteros, la compramos. Alguno dirá, bueno, con haberla dejado allí, todo resuelto. Sí, pero la sed es la sed, y más cuando es un niño.
Solución, la de siempre; con no volver a pisar ese bar, asunto resuelto.
Es un ejemplo tonto de una semi tomadura de pelo a unos forasteros que están de paso. Ni en una gasolinera cobran 1,40 por una botella de agua fría.
Desde luego, en este bar, ni me verán el pelo a mí, ni a nadie de mi familia y por supuesto no lo recomiendo. Además, hubo un detalle que delata al que engaña, y es que se hizo demasiado el simpático. Puedes serlo, pero no sobreactuar; esa es mala señal. !! Vamos, que te la están colocando ¡¡.

Así es cómo nos estamos, o se están cargando el turismo, no solo de interior y de los que vivimos en España, sino de los que llegan de otros países que, a buen seguro, les cobran aún más.

Mala estrategia para hacer negocio, pero peor aún para un país que está como está y continúa con la escuela de la picaresca, del negocio en el momento, de la cultura del pelotazo, sin llegar a ver nunca un horizonte y una planificación de futuro.

domingo, 19 de agosto de 2012

¿Podemos correr más con nuestros vehículos?

Cuando compramos un vehículo la hacemos de una pieza. Percibimos un conjunto de elementos unidos que conforman uno solo, nuestro coche. Puede que nos fijemos en las ruedas, en los embellecedores, los faros, los retrovisores, el volante, los asientos, la tapicería, el "aparato de radio", que decía un viejo y entrañable amigo, y en otros detalles que no pasan desapercibidos, pero que en definitiva concebimos como uno. En muy pocas ocasiones pensamos en todo lo que se mueve alrededor de un vehículo y cuando lo hacemos es parcialmente.

Antes de que un vehículo llegue a un concesionario listo y dispuesto para la venta, en su fabricación se ha puesto en marcha una maquinaria en la que intervienen infinidad de elementos humanos y materiales.

Comenzamos con el diseño, la maqueta, el prototipo, las pruebas, la electrónica, la mecánica, la carrocería, los neumáticos, llantas, faros, retrovisores, etc,.... de forma que al final, el recuento de piezas que se han acoplado para obtener el producto final oscila, según modelos, entre 70.000 y 90.000 según el siguiente artículo publicado en la revista Muy Interesante.

"Cuando se quiere dar una idea de una cifra incontable se suele comparar con el número de granos de arena que hay en una playa. Sin embargo, tampoco sería una mala opción utilizar las piezas que tiene un coche. ¿Podemos imaginarnos la cantidad de tornillos y arandelas que debe llevar encima? Teniendo en cuenta que a la cadena de montaje llegan muchos componentes completamente fabricados –y no nos referimos al bloque de motor sino a retrovisores, faros...–puede ser una tarea propia de Hércules el recuento completo de todas las piezas y piececitas de un coche. Sin embargo, podemos hacernos una idea. El componente más complicado de un automóvil es la transmisión. Así, la del primer coche fabricado en cadena de la historia, el legendario Ford T –la serie más vendida de la historia, con 15 millones de unidades adquiridas en Estados Unidos–, tenía 43 piezas. En cambio, la de un coche actual tiene entre 300 y 400 elementos.

El coche más sencillo –no por complejidad de diseño sino por número de piezas– es el de Fórmula 1. Pues bien, el número de elementos de que consta es de unos 60.000. Un automóvil normal tendrá, obviamente, más piezas: ya sólo la carrocería de un BMW Serie 6 tiene 500 –y tan sólo pesa 350 kilogramos–. También debemos tener en cuenta el tipo de motor que utiliza el coche: el motor Wankel, que podemos encontrar en automóviles de firmas como Mazda, posee un 40 % menos de piezas. Con todo, se puede estimar el número total de elementos de un coche entre 70.000 y 90.000
. Una cifra que seguirá subiendo pues cada vez son más los accesorios que se incorporan."




Como ejemplo significativo, pensemos únicamente en que un vehículo lleva 5 ruedas (algunos incorporan un sistema de auxilio ante pinchazos imprevistos mediante la inyección de un producto que tapona la salida del aire y permite un auxilio suficiente para llegar a un taller y cambiar el neumático. No es lo más común ), si multiplicamos por el número de vehículos que se fabrican anualmente, son muchos millones de neumáticos, además de las llantas. Pensamos únicamente en vehículos turismos cuyo parque es enorme, si entramos en los industriales, el volumen aumenta considerablemente.

La fabricación de todas y cada un de las piezas no se lleva a cabo en una única factoría. Hay un rosario de empresas que se dedican a suministrar a todas y cada una de las marcas fabricantes de automóviles. Desde el tornillo más insignificante, hasta la placa más compleja de la electrónica que lleva incorporada un vehículo.
Con lo expuesto hasta el momento, y aún no hemos puesto el coche en nuestro concesionario, podemos imaginar la cantidad de dinero que se mueve y los puestos de trabajo que es capaz de crear directa o indirectamente un nuevo modelo, o los modelos ya existentes.
Pongamos el vehículo a la venta. Bueno, antes tenemos que realizar la distribución a los concesionarios de todo el mundo desde la fábrica o fábricas en las que se montan los coches. Movimiento de transporte a gran escala, bien por ferrocarril, bien por carretera. Más dinero y más puestos de trabajo.

El siguiente paso es la venta. Hasta ese mismo instante, la industria automovilística es un monstruo que aporta a la economía un valor extremadamente importante. Cierto es que en épocas de crisis todos tenemos que ajustar el cinturón, si bien la proporción se mantiene.
Para hacernos una idea de lo que mueve el sector de la automoción, en empleos directos aquí tenéis el siguiente cuadro:




Pero veamos qué ocurre desde el momento en que un vehículo es adquirido por un consumidor.
1. Obtención del carnet de conducir. Dinero para la autoescuela, la gasolinera, la tienda de fotografía, el Centro médico y el Estado.
2. Margen para el concesionario.
3. Beneficio para la marca, en origen.
4. Tasas e impuestos derivados. IVA, matriculación, medio ambiental.
5. Si lo tramita una asesoría, dinero para ésta.
6. Seguro vehículo. Compañías de seguros.
7. Impuesto circulación.
8. Plaza de garaje y aparcamiento (O.R.A. o aparcamientos públicos o privados )
9. Gasolina de por vida (vida útil del vehículo)
10. Reparaciones y mantenimiento. (talleres)
11. I.T.V.
12. Mejoras particulares.
13. Multas. ( el apartado más interesado ).
14. GPS y manos libres ( si no viene de serie)

Seguramente olvido algún detalle más, pero la lista anterior es lo suficientemente significativa como para hacernos un idea del  " movimiento post venta ".

No vamos a entrar a valorar cuestiones que nos llevarían páginas y páginas de discusión y teorías más o menos lógicas y aceptables o no en cuanto a los seguros, ITV, impuestos, etc, etc,.., pero sí vamos a detenernos en uno de los aspectos más sangrantes, después del consumo de gasolina y el control que ejerce el Estado sobre los precios y los porcentajes que corresponden a impuestos, como es el control del tráfico.
Para el año 2010, la DGT tenía prevista una recaudación por imposición de multas que rondaba los 650 millones de €. Esto quiere decir, que apoyándose en estadísticas anteriores (más bien datos reales de recaudación) sabía de antemano cual iba a ser el ingreso anual por este concepto. Con un dato así, se puede ajustar perfectamente el presupuesto anual para la DGT si en algún momento se ve comprometida con su partida presupuestaria. Nos aplicamos en las multas de tráfico y superamos los 650 m € hasta donde sea necesario.

Los vehículos que se construyen ahora, y también los que se construían hace 30 años, pueden superar los límites de velocidad muy por encima de los establecidos en cualquier tramo de carretera local, provincial, autonómica, autovía o autopista.
Si existen límites, habrá que respetarlos del mismo modo que debemos respetar otras infinitas normas con las que podemos o no estar de acuerdo. (incluso las que no conocemos pero también existen). Creo que en esto estamos todos de acuerdo.
Donde hay una variable importante, y alguno dirá que también existe en el resto de ámbitos donde hay normas, es cuando entra en juego el control de la velocidad.
¿tiene que haber radares para controlar la velocidad?. Probablemente sí sean necesarios. La verdad es que hay mucho trastornado por la carretera. Aunque también "allá cada uno con su vida", siempre que no ponga en riesgo la de los demás, que suele ocurrir con demasiada frecuencia.
Esta variable comienza a ser manipulable en el momento en que el control del tráfico se emplea de forma interesada para recaudar. Atravesar este umbral es peligroso para una imagen de la DGT que ya de por sí está bastante deteriorada.
Mi pregunta es que, si los límites de velocidad máximos en España son de 120 Km/h, (pregunta que se hacen millones de españoles) por qué dejan construir vehículos cuyos cuadros de velocidad marcan hasta 220 / 230 Km/h, y son velocidades que se alcanzan realmente. La verdad es que no tiene mucho sentido pensando fríamente. Si tenemos en cuenta que el ser humano es como es y necesita emociones, esta característica es aprovechada por las grandes marcas para controlar una emoción importantísima en las reacciones de compra de vehículos por cada uno de nosotros. Y esto está estudiado y comprobado. Un coche con 150 ó 160 caballos "mola mucho". Más cuando se lo enseñas y lo cuentas a tus conocidos. Claro, después no somos conscientes, en general, de los riesgos que entrañan esos 150, 160 o más caballos cuando tenemos el volante en nuestras manos.
Si no permitiesen construir vehículos que superasen en un 10% la velocidad máxima en carretera, no serían necesarios los radares, simplemente con las señales de tráfico puede que fuera suficiente. Habría que controlar poblaciones y carreteras secundarias o nacionales, pero entonces la recaudación por multas sería infinitamente menor, se venderían probablemente los mismos vehículos, porque no olvidemos que el vehículo, salvo para las empresas, no deja de ser un artículo de lujo, pero al ser menor la potencia en caballos, la industria de automoción generaría menos beneficios, crearía menos puestos de trabajo, las reparaciones serían de menor coste, y la recaudación por el Estado en cada una de las ventas también sería menor, igual que los seguros y resto de costes inherentes.
¿Hay o no hay intereses detrás de la velocidad máxima de conducción y de la permisividad en la producción y fabricación actuales?

La conducción es una cuestión de "horas de vuelo" y sobre todo educación y racionalidad o racionabilidad.
Cuantas más horas conduces, más cuenta te das de cómo tienes que conducir. Tienes que conocer tu vehículo y a ti mismo conduciendo.

martes, 14 de agosto de 2012

La situación actual. La Franquicia


LA SITUACIÓN ACTUAL


Cita: "Yo no soy mejor que los demás, simplemente me debo a mi trabajo, a mis amigos y a mi familia"

Tras el contenido mostrado hasta el momento, podemos preguntarnos cuál es el balance después de todos estos años.
Nunca llueve a gusto de todos y las opiniones son muy variadas, de forma que estamos en los dos extremos. Me atrevería a decir que en tres. Dos grupos bien diferenciados entre los franquiciados, y el propio franquiciador.
La distancia tiene mas desventajas que ventajas y depende de cada uno cómo adquiere sus compromisos con los demás, cómo los afronta, cual es su responsabilidad, su moral, cómo los interioriza, cuáles son sus principios en la vida, hasta dónde llega el grado de cumplimiento de todos ellos y sobre todo, cómo se ha visto afectado y ha reaccionado frente a las las variaciones positivas o negativas que hemos vivido en estos años.
Por supuesto que influyen más elementos en muchas de las decisiones, estrategias, búsqueda de objetivos, relaciones personales y empresariales (como hemos visto), de manera que todo ello desemboca en la situación actual de cada uno. No se puede olvidar o aislar una trayectoria de 12 años, para evaluar la situación en la que están todas y cada una de las empresas.
¿Estaríamos mejor si, de acuerdo con nuestras posibilidades, hubiésemos arriesgado más o invertido más dinero? o por el contrario, ¿estaríamos mejor si no hubiésemos arriesgado tanto o invertido menos dinero?. Solamente si tuviésemos otra ocasión para repetir esta aventura lo sabríamos. Lo más probable es que todo aquello que hicimos de una manera determinada, lo haríamos exactamente igual ahora.
Personalmente cambiaría muchas cosas, pero lamentablemente, si volviésemos atrás, no tendría la información que tengo en este momento y tendría un futuro tan incierto como entonces.
Desde siempre ha existido una cierta anarquía en las actuaciones de un determinado sector de la franquicia, anarquía que ha ido rotando en función de los tiempos y en el sentir de cada uno. En este escenario ha habido algún elemento común que más que unir, han separado lentamente el sentimiento de lo que desde siempre se ha reivindicado en la franquicia y que cada vez es más inalcanzable, el de ser un verdadero grupo. Un equipo de trabajo, como hemos dicho anteriormente, cuyos objetivos fuesen comunes y cuya dirección fuese la misma. Nunca se ha conseguido, y de ahí esa manifestación individual en todos y cada uno de los aspectos del negocio.
Uno de los elementos comunes más significativos y que no se ha sabido manejar es el que con gran acierto y clarividencia manifestó en una ocasión uno de los franquiciados, el "Café para todos".
No importaba tu implicación, aportación o dedicación al negocio. El premio era común (para bien y para mal).
Esta forma de actuar ha dañado de una manera clara el devenir de la franquicia a lo largo de los años. Tanto para aquellos que se implicaron hasta la médula, como para aquellos que simplemente funcionaban a modo de elemento simbiótico, resultaba contraproducente ya que cada vez con mayor fuerza alimentaba el odio y el parasitismo. Nunca entendimos, y seguimos sin entender, esta falta de tacto en la gestión de la franquicia.
Se pretendió arreglar en un determinado momento con un sistema de bonificaciones y penalizaciones que nadie ha entendido nunca y que sin duda, a pesar de esas bonificaciones y penalizaciones, siempre ha escondido un doble fondo y ha sido totalmente estéril en la búsqueda del objetivo principal. Con ello se pretendía bonificar los valores de aquellos cartuchos más demandados, de forma que nosotros pudiésemos hacer un esfuerzo en la búsqueda de esos cartuchos y en la pugna de precios con la competencia. Estrategia totalmente inútil teniendo en cuenta que en cada zona se recogen siempre los mismos modelos, y de forma muy aislada encuentras alguna operación por sorpresa que contiene alguno de los modelos más demandados. Claro, también son los cartuchos en los que la Central consigue mejor margen con respecto a nuestro precio. Otra de las bonificaciones proviene del número de cartuchos enviados. Se consigue una bonificación sobre facturación. Puedes enviar modelos más buscados o no. Si envías aquellos menos demandados también tienes la bonificación por número de unidades.
Hay un dicho muy conocido que resume en muchos de los aspectos del negocio las acciones de la Central y es: "Nadie da puntada sin hilo", Hay otra que pude escuchar un día, y que me causó una enorme decepción por quien la dijo y en qué momento, muy similar al sentido de la anterior: " Lo que quitamos de un sitio, lo tenemos que poner de otro". Claro, cuando escuchas esto de boca de alguien en quien has confiado durante muchos años, quedas desencajado y confuso.
Es un buen principio empresarial como un elemento más a utilizar en el equilibrio de ingresos y gastos, estamos de acuerdo pero, cuando sitúas esta frase en un contexto como el de la franquicia, es prácticamente una provocación, además de una incoherencia y una hipocresía. Rompes con muchos de los principios que has querido transmitir desde siempre.
Cuando un problema es pequeño puedes poner remedio sin emplear muchos medios, a veces basta con una conversación. Pero cuando el problema es grande, normalmente ya es tarde para arreglarlo de una manera conveniente y amigable, se escapa a tu control y te ves desbordado para afrontarlo con garantías.
Siempre ha habido y habrá personas más inteligentes que otras, gente más lista que otros, también más pícaros, más avispados, más jetas, más aprovechados y los que saben manejar cada una de las situaciones para sacar beneficio propio.
Esto ha ocurrido en la franquicia desde el primer día. Determinadas operaciones prohibidas por contrato, se han venido practicando de forma habitual, de manera que han ido minando la paciencia del resto de franquiciados. Hemos vivido un "mirar hacia otro lado"; supongo que en unos casos sería por desconocimiento y en otros por conveniencia. De la misma manera que está ocurriendo en este momento, pero con claras diferencias en cuanto a la magnitud del problema.
Este "campar a sus anchas", como decimos en Castilla, no solo ha supuesto las reticencias del resto de compañeros sino que ha hecho un daño terrible al concepto del negocio y como se suele decir, " de aquellos polvos vienen estos lodos ". Ahora mismo es muy complicado afrontar este problema.
Hoy, 14 de agosto de 2012, el negocio sigue funcionando, porque hay un mercado muy activo y con una esperanza de vida aún larga ( aunque probablemente sufra una transformación que ya hemos previsto ), pero la franquicia como tal, " está hecha unos zorros ".
Nuestro cliente principal es nuestra Central, y solamente lo vemos como nuestro cliente principal, no como nuestro franquiciador. En muchos casos ya no es ni siquiera nuestro suministrador de material de almacén para el embalaje de los cartuchos vacíos.
En un aparente intento de reconciliación y entonación del mea culpa nos convocaron hace muy poquito a una reunión para, en principio, reconducir la situación de la franquicia. No voy a entrar en detalles, pero el resumen es que, como otras muchas reuniones que se han llevado a cabo en el seno de la franquicia, fue una pérdida de tiempo inenarrable e irreparable. Al menos para mi. Puede que no tanto para ellos, pues aún desconozco el objetivo real de aquella reunión. El contenido de alguna de las reuniones, aún lo estamos buscando.
Reuniones ha habido muchas. Con la franquicia, entre los franquiciados, con la franquicia por zonas, entre los franquiciados más afines, entre los franquiciados con algún interés en común, etc.
Hace no mucho tiempo, me llamaron para invitarme a una reunión en la que el tema principal era la situación de la franquicia ( la historia de siempre y los resultados de siempre ) y qué podíamos hacer para arreglarlo. Después de haberme partido la cara con un montón de gente pidiendo eso mismo durante varios años y aguantando las quejas de unos compañeros franquiciados que no era a mí a quien tenían que llamar, sino a la Central, los que me conocen habrán adivinado que decliné la invitación, como también rechazé una propuesta similar de otro franquiciado que tras una conversación con él en la que siendo el tema principal, cómo no, la situación de la franquicia y habiendo estado en reuniones selectivas, durante cuatro años, para tratar ese mismo tema en las que personalmente había expuesto las soluciones a nuestros problemas (podían o no ser las acertadas, pero, al menos, tenía un plan ) y haberme dicho que estaba decepcionado, desilusionado, me dice que habrá que hacer algo ¿no?. Por supuesto que le mandé a la porra y dejé bien claro que no quería saber ni conocer ninguna de sus propuestas de ahora en adelante.
La conclusión en esta última convocatoria en Madrid, fue la de hacer reuniones por zonas próximas y seguir un guión que establece la franquicia (así lo he entendido yo ) para, en la reunión, hablar sobre cómo trabajamos cada uno y cómo podemos mejorar. Esto, doce años después de estar en el negocio (reuniones de trabajo para mejora de sistemas) , con algún franquiciado próximo a la jubilación, con tres zonas de franquicia perdidas, alguna otra mal explotada o atendida y otra más tirada a la basura.
Yo siempre advertí de que "con estas mimbres íbamos a hacer pocos cestos", y lamento profundamente decir que no me he equivocado.

¿Cómo retomar la situación y encauzar de nuevo la franquicia, recuperando la confianza en los gestores y ellos en nosotros? 
Si no ocurre un milagro, y antes está el de la recuperación de la economía española (va para largo), esto no lo arregla nadie.
El distanciamiento entre la Central franquiciadora y el resto de componentes de este mal llamado Grupo, es tal, que en determinadas épocas se pasan meses sin tener noticias de ellos, exceptuando los precios mensuales. Ni ellos han hecho nada por recuperar ese contacto que debe existir entre las dos partes, ni nosotros echamos de menos noticias sin contenido.

Hay otras cuestiones que recuperar y otras que dejar de lado. Algunos hemos pedido desde hace años la profesionalización de la franquicia. Creo que ya es tarde, pues se han instalado una serie de costumbres y posiciones de algunas delegaciones, que van a complicar la implantación o la reorganización de la franquicia hacia un modelo más profesional.
Un modelo más profesional no pasa por mejorar los procesos diarios de trabajo, que también, pasa por tener un equipo de gente profesional y competente. Lo que dije en la última reunión: tenemos negocios y tenemos empresas en el grupo de franquiciados. Ahora también es tarde para plantear una “limpieza”; probablemente habría que limpiar a todos y hacer franquicia nueva, estoy convencido de ello, pero esa ocasión ya la hemos dejado escapar, ahora toca remar con los que somos pero yo añadiría que sería bueno remar solo con los que estamos.
¿Sería buena idea fusionar empresas para realizar una mejor gestión y hacernos más fuertes?, Podía ser una buena solución. Ahora bien, en la relación o relaciones establecidas en este mal llamado grupo, es algo absolutamente imposible. Estoy convencido de ello.



¿EL GRUPO ?
Después de doce años en la franquicia, y siete u ocho oyendo hablar del concepto de grupo, uno se pregunta si ha merecido la pena tanto esfuerzo para tan poca recompensa. Puede que profesionalmente tengamos la satisfacción de haber mantenido a nuestras empresas en un mercado difícil de tratar por los continuos vaivenes de precios, los continuos ataques de la competencia, la inestabilidad del propio mercado y otros aspectos propios del entorno económico, que hemos sufrido y continuamos padeciendo todavía.
A pesar de todo, y de forma inconsciente, lo que nos ha mantenido fuertes ha sido el modelo de franquicia que, se ha manifestado como un valor importante y además ha aportado ese concepto de grupo que tanto hemos deseado y nunca hemos tenido; y lo ha hecho a través de la interacción, que sin duda alguna es la esencia de un grupo.
Una pluralidad de individuos que se relacionan entre sí, con un cierto grado de interdependencia, que dirigen su esfuerzo a la consecución de un objetivo común con la convicción de que juntos pueden alcanzar este objetivo mejor que de forma individual, es un grupo.
No habría grupo sin interacción, sino simplemente un cúmulo de personas sin más, sin sentido ni dirección ni propósito.
En el fondo hemos sido un grupo de personas que se han encontrado; con todos los aciertos y errores hemos llegado hasta hoy sin interactuar.
Hace algunos meses se nos presento una oportunidad única de conseguir formar un equipo ( no un grupo ) que integre todas y cada una de las acciones para conseguir lo que todos buscamos, salir de la situación de estancamiento en la que están la mayoría de los franquiciados y lograr por fin ese ansiado GRUPO de franquicia (solo como arma comercial) para trabajar como un equipo que tiene objetivos comunes y donde el nivel de compromiso, los valores compartidos, las habilidades, y la interdependencia se manifiesten de manera rotunda.
Para ello debemos desechar la idea de franquiciador y franquiciado como principio empresarial básico en nuestras intenciones, pero sobre todo, no cometer los errores del pasado, de lo contrario volveremos a fracasar.



Con lo que tenemos que luchar de verdad es contra nosotros mismos al tiempo que debemos marcar un objetivo común. Estaremos de acuerdo en que sin objetivo, no sabemos hacia dónde vamos. Y debe de ser un objetivo común para las dos partes, franquiciador y franquiciados; si cada uno tenemos intereses y objetivos diferentes, es mejor que rompamos la baraja. Aquí estamos para ganarnos la vida de la mejor forma posible y si surge una idea aislada que nadie quiere compartir, de acuerdo, que la desarrolle, pero que no sea una rémora para el resto de empresas, incida de forma negativa o sea una base para aprovecharse de los demás de manera que reste recursos al resto del grupo, al fin y al cabo monetarios, porque todo lo que rodea a una empresa, al final se mide en dinero.
Si no somos capaces de corregir esta situación, lo que tenemos que plantear de verdad es si queremos seguir en la franquicia o ir por nuestro lado. O estamos o no estamos.
Deberíamos sentarnos a negociar nuevas condiciones. Las que teníamos o tenemos desde que empezamos, ya no encajan después de 12 años. Renegociación de condiciones para una franquicia que ha crecido de forma brutal y necesita nuevos acuerdos y nuevas formas.
Seguro que existe una fórmula para recuperar la comunicación, la confianza y la fe en nuestras posibilidades individuales y colectivas, pero aún no lo hemos descubierto.



viernes, 10 de agosto de 2012

La Franquicia. La política de precios

Las políticas de precios en las empresas responden a muy diversas intenciones. La primera y más notable es ganar dinero. Lo cierto es que todas buscan el mismo objetivo, bien a corto, medio o largo plazo. Precios bajos o agresivos para penetración en el mercado, precios altos para no solo ganar más dinero sino también implantar un estatus determinado, ya sea por búsqueda de prestigio, marca de lujo, cliente focalizado, etc, etc.
Para lo que también sirve una política o estrategia de precios es para ejercer control.
Ejercer un control por este medio, implica una serie de riesgos que, de no tener el suficiente temple y medida, puede que tus clientes, proveedores, trabajadores, asociados o empresas pertenecientes a un grupo se rebelen contra ti.
Uno de los elementos más importantes para una franquicia, como fuente de ingresos es el royalti. Es un coste conocido antes de la firma del contrato y por tanto no puedes poner pegas a posteriori. Sobre el resto de cuestiones relacionadas con materiales a utilizar, vestuario, suministradores y mayoristas, etc, ya hemos hablado bastante y si bien la franquicia también saca un pequeño o gran beneficio, todas funcionan igual. Se centralizan las compras y el que hace de mayorista es la central franquiciadora.
Nosotros tenemos un elemento añadido, cuyo funcionamiento también conocemos de antemano.
Cuando relatábamos los comienzos en el negocio y hablábamos de un objetivo común en nuestra trayectoria con la central y el resto de compañeros de franquicia, ya había unos precios de compra a proveedores, con unas tarifas base que nosotros ajustábamos en función del tipo de proveedor. También existían unos precios de compra de la central hacia nosotros, que se fijaban todos los meses como ellos dicen "en función de las condiciones del mercado" y, por supuesto, también existía un margen entre el precio de compra y el precio al que ellos vendían posteriormente la mercancía a sus clientes.
Cuando el negocio iba viento en popa, nadie reparaba en cuestiones de precios, inversiones o contrataciones. Solamente tuvimos dos sustos importantes en momentos clave de nuestra trayectoria que coincidieron con la peor de las épocas del año, el verano. Dos bajadas de precios en los años 2003 y 2004, que nos dejaron temblando. Aún así, ajustamos nuestros negocios y pudimos rehacernos y continuar como antes.
Mes a mes nos comunicaban los nuevos precios de venta a la central (que eran sus precios de compra), y al cierre periódico, entregábamos toda la mercancía que aparecía en lista. Todos aquellos modelos que no aparecían pero habíamos recogido, no se podían vender. Había que esperar mejor suerte el próximo mes y esperar que se recogieran en la siguiente lista de precios.
Cuando tienes un buen volumen, 15.000 - 18.000 cartuchos /mes, y la rotación en el mercado absorbe prácticamente el 100 % de los modelos que recoges, no tienes problemas de estancamiento, es decir, de acumulación de mercancía que no vendes y por consiguiente retención de dinero y merma de liquidez.
Cuando tienes este volumen, o incluso superior en determinados momentos y la situación es como la que estamos viviendo, la rotación de modelos cae de manera estrepitosa, por razones que podéis imaginar. Ahora las empresas no acumulan en previsión de pedidos futuros. No, ahora se trabaja bajo pedido. Habrá sectores en los que las empresas tienen que mantener un stock, como es lógico, pero la reducción de los stocks ha sido considerable. Con lo poco que se mueve el dinero (falta de consumo), a ver quién se arriesga a mantener en el almacén mercancía que no sabe si venderá.
Sobre este planteamiento, como es normal, la fluidez de pedidos de cartuchos para su reciclado, ha bajado de manera notable, como también lo han hecho la variedad de modelos.
A todo esto se ha unido un cambio en el ciclo de modelos antiguos y nuevos por la estrategia que siguen las marcas en la renovación de impresoras y ganar cuota de mercado a sus rivales.
Siempre hemos contado con una renovación moderada del parque de impresoras de prácticamente todas las marcas. En los tres últimos años la velocidad de fabricación de nuevos modelos ha sido de vértigo, de forma que no ha dado tiempo a que hubiese una sustitución clara y pausada de los modelos antiguos más influyentes (mejor resultado de impresión para los clientes. Máquinas y cartuchos más populares), por otros nuevos o de transición que compensaran el precio de venta de aquellos y amortiguasen nuestra reducción de facturación, que cada vez es más bajo por la escasez de demanda. Tengo que aclarar que este es un mercado donde para la fijación de los precios predomina la demanda, y en segundo lugar el volumen, la oferta, que está excesivamente condicionada por la primera.
Esta sustitución ha dejado durante un tiempo, y ha sido en el peor de los momentos, un vacío de precios en modelos antiguos que en otras épocas al menos si tenían precio. Ahora al no poder venderlos, tenemos el problema que apuntaba antes; acumulación de mercancía que muy probablemente no podamos vender, con lo que eso conlleva. No solo pérdida de dinero y falta de liquidez, es que esa mercancía que no vendes la tienes que gestionar como residuo, y eso cuesta dinero.
Si estás atento al mercado y sus precios puedes medir y comparar éste con el tuyo propio, que es el que tienes con la franquicia, al que estás limitado. Con esta información puedes determinar hasta qué punto el comportamiento de precios dentro de la franquicia es normal o se aleja estrepitosamente de los precios del mercado. Hay un elemento importante a tener en cuenta para valorar las desviaciones de unos precios con los reales del mercado, la intermediación. Si tú actúas como un intermediario entre intermediarios, el margen que se lleva el vendedor final, el franquiciador, tiene que servir como elemento corrector que nos permita separar lo aceptable de lo inaceptable, es decir, cuanto más estamos trabajando por encima del 10% establecido del royalti. En estos momentos y teniendo en cuenta la situación del mercado y lo expuesto anteriormente, nuestra facturación se ha reducido un 60% con respecto al año 2007, inicio de la crisis.
¿cual es entonces el mecanismo de regulación para mantener un stock de unos 2.000.000 de € y una infraestructura que ya se ha reducido considerablemente? Los precios de compra a franquiciados. Sobre un stock enorme de cartuchos vacíos, 10 ó 15 céntimos de media son muchos euros. Desconocemos el mecanismo exacto para la fijación de precios mensuales de compra por parte de la central, pero con la "grandisima comunicación" que existe entre las dos partes, solo podemos comparar información y otras cuestiones, que a veces son comentarios y rumores, para sacar conclusiones. Todos conocemos el refrán que dice: "Piensa mal y acertarás"
Me gustaría pensar que no podemos aplicar este "principio", pero seguimos sin tener información y los precios del mercado están muy alejados, pero que muy alejados de los que manejamos nosotros.
¿estamos pagando nuestra crisis y la de la central? Todo apunta a que sí. ¿tenemos que soportar entre todos esta difícil situación? Claro que sí. Para eso se inventaron las palabras y la comunicación aunque, insisto, después de 12 años, la comunicación entre las dos partes brilla por su ausencia.
En este aspecto, la franquicia "está hecha unos zorros". Estamos inmersos en salvar todas y cada una de nuestras empresas, por desgracia de forma individual. Una vez más los intereses de cada uno de nosotros son los mismos pero seguimos actuando de forma aislada, situación que se ha venido repitiendo desde siempre.
Es curioso comprobar cómo el control de los precios actúa como un grifo. Cuanto más cierras el "grifo de los precios" menos agua sale, en otras palabras, menor simpatía o empatía con la Central. Si abren el grifo, las críticas son menores.
Cuando te tocan el bolsillo normalmente te enfadas. Somos capaces de asumir la normalidad, pero si superas esa normalidad es el momento de molestarse.
Un "cierre de grifo" como el que hemos sufrido durante este último año nos ha llevado al límite de nuestras posibilidades, hasta tal punto que muchos compañeros están a punto de cerrar sus empresas.
Tengo que añadir también que la gestión llevada a cabo por cada uno de nosotros durante los años previos a la crisis y al "apretón" de precios totalmente fuera de mercado, ha influido de manera notable en la capacidad de reacción para una gestión adecuada.
Ya lo hemos mencionado anteriormente, unos tienen negocios de barrio y otros tenemos empresas, y no es menospreciar a nadie, es poner a cada uno en su sitio.

lunes, 6 de agosto de 2012

La Franquicia. La Relación Parte II

Habíamos inaugurado las nuevas instalaciones en el año 2005. Nuestra plantilla contaba con 8 trabajadores, y la del almacén central aún estaba sin formar. Solo se pudo seleccionar al que iba a ser el responsable del almacén, que en los primeros pasos tuvo que ampararse en nuestra experiencia, además de la formación recibida en Madrid, y refugiarse en nuestras instalaciones que usaba como oficina, aseo y comedor. Al cabo de un mes escaso, se contrata al primero de los colaboradores del responsable de almacén que, con el tiempo se ha consolidado y ha llegado a ser el segundo de a bordo.
Todo grupo necesita un guía. Podemos llamarle jefe, líder, responsable, encargado, o cualquier sinónimo que se nos pueda ocurrir, pero lo que sí está claro es que tiene que ser alguien respetado; no por imposición sino por saber hacerse respetar. Hay que ganarse el respeto de los demás por tu forma de ser y actuar. En un caso como este, tienes una ventaja; eres el elegido. Si sabes manejar las distintas situaciones que se suceden día tras día en tu trabajo y con tu grupo, no tendrás problemas. Si no eres hábil, nunca llegarás a controlar al grupo. Si tapas los errores de tu grupo o barres lo que van dejando detrás de ellos, te convertirás en el chico de la limpieza. Nunca te verán como el responsable que eres. Un día tendrás que imponerte por la fuerza, entonces ya será tarde.
En los meses siguientes se fue organizando el almacén Central a medida que se incrementaba el volumen de cartuchos vacíos con las cada vez más nutridas aportaciones de todas y cada una de las delegaciones o franquicias. Este incremento provocó la necesidad de contratación de más personal para los servicios centrales.
Nuestra plantilla funcionaba bien y nos habíamos acoplado satisfactoriamente con los nuevos inquilinos. A medida que se fueron incorporando más y más trabajadores al otro lado, en el otro grupo, la convivencia entró en una dinámica de pequeños detalles incómodos que poco a poco fueron socavando la paciencia no solo del propietario de la franquicia de Castilla y León y Cantabria, sino también de sus colaboradores.
Cuando estás a cargo de un equipo tienes que conseguir, entre otras muchas cuestiones, que cada integrante del mismo asuma la responsabilidad de sus actos; sean buenos o malos. Hay que saber estar a la altura cuando te equivocas y cuando aciertas.
El responsable no es quien tiene que arreglar los errores de los trabajadores a su cargo, tiene que obligar a que lo corrija aquel que lo ha cometido. Buenos trabajadores, sin duda, pero con muy poca educación y muy poco respeto para con ellos y con los demás.
Después de muchas, muchísimas advertencias, todo terminó como no podía ser de otro modo. Con una separación forzosa de instalaciones.
En medio de dos relaciones, propietarios de la franquicia y equipo humano del Almacén Central, tuve que tomar la decisión de echarles de mis instalaciones. Intuía las consecuencias que llevaba aparejadas, pero no tenía otra alternativa. Para mí era más importante el bienestar de mis trabajadores que la posibilidad de tener un grave enfrentamiento con aquellos que para mi eran como hermanos. Era nuestra casa, nuestra empresa, y no podía permitir que se convirtiese en un desorden por cuestiones que no nacían de nuestra forma de comportarnos.
Aquí también hubo un antes y un después en la relación con la Central, de mayor envergadura que el mencionado en la anterior entrega. Les dí un mes de plazo para el traslado definitivo, pues ya habían alquilado una nave industrial de mayor superficie, justo enfrente de la nuestra. Solo les faltaban las oficinas y los servicios. 
Se completó y se hizo efectivo el traslado, y a partir de ese momento ambas relaciones se enturbiaron de forma considerable. Nos cruzábamos las miradas de forma desafiante y apenas nos dábamos los buenos días. Había más detalles del día a día, pero una de las situaciones más curiosas en esta relación de odio era que cuando alguno de los dos bandos necesitábamos un favor, o teníamos un problema, nos volcábamos con el otro de tal forma que no se notaba la rivalidad en absoluto.
Así se entabló y cuajó esta extraña relación de amor y odio que aún perdura. Con el tiempo han cambiado algunos de los trabajadores y otros se han dado de baja. Esto ha vertido en una mayor estabilidad en la plantilla de Servicios Centrales y una mejor relación con nosotros. En general hay gente más competente y educada y, aquellos que en su día nos odiaban terriblemente, ahora quizá se han dado cuenta de sus errores y de su comportamiento. Claro, esta es mi versión, supongo que para ellos, los malos somos nosotros. Para medir esta comparación yo tengo una frase o expresión muy significativa, que creo, inclina la balanza hacia los que tienen la razón: "Cuando cagas fuera del tiesto, lo llenas todo de porquería". Es poco adecuada para una publicación, es verdad, pero creo que lo entiende todo el mundo. Actualmente las tiranteces no lo son tanto con los compañeros o vecinos que tenemos enfrente, como con la propia Central.
¿Qué hicimos mal para que una relación prácticamente familiar terminara en una relación fría y distante? Desde mi punto de vista, decir no por primera vez, y decirlo con todas las consecuencias. En otras palabras, ponernos en nuestro sitio y establecer las distancias que la otra parte había acortado sin darse cuenta de que estaba faenando en terreno prestado, con mucho gusto claro que sí, pero prestado.
Al cabo del tiempo y por encima de otras consideraciones laborales, creo que hemos conseguido respetarnos totalmente limar asperezas y mantener una buena relación personal y laboral.
Entre medias de todo esto, cómo no, han tenido lugar miles y miles de conversaciones entre unos y otros que, analizando bien cada una de ellas con las etapas en que coinciden, podemos apreciar la aversión o el afecto con quien les paga, o incluso el estado de ánimo de cada uno de ellos con sus condiciones laborales y el trato que reciben. No era normal que yo supiese cosas que eran importantes para el responsable del almacén, antes que él, y menos aún que se enterase por mi. Al principio yo pecaba de buena fe o de ingenuo, pues daba por hecho que él ya las conocía. A partir de un momento determinado opté por callarme y hacerme el despistado. Entiendo la sensación que el encargado del almacén podía tener en cada uno de esos momentos.
Actualmente aquellos que me contaban algunos de los vericuetos más secretos de la franquicia apenas mantienen contacto conmigo. Tengo menos información, pero al menos no me encuentro en la situación incómoda que me encontraba antes.
En muchas de las conversaciones que he mantenido con algunos de los compañeros de otras franquicias (otro tipo de relación también muy interesante), me ha resultado muy curioso escuchar de alguien que puede estar a 150, 300, 600 ó 1.000 Km de estas instalaciones, la misma opinión que tengo yo de cómo se comportan, cómo son, cómo actúan, cómo responden y cuales son sus reacciones no solo en general, sino también en situaciones concretas.
La cercanía otorga una posición privilegiada en el conocimiento de una persona o de un grupo. Obtienes más información y dispones de más argumentos y mejor criterio de valoración u opinión. Cuando escuchas una opinión idéntica a la tuya teniendo en cuenta lo que acabamos de describir, piensas que al menos no son imaginaciones tuyas o que tienes una visión distorsionada por alguna influencia negativa de experiencias vividas en el contacto diario. Confirmas las dificultades que tienen algunas personas en la convivencia con los demás. Yo me pregunto si este comportamiento será idéntico en sus casas y con su familia.
Siempre nos empeñamos en que hay que separar lo profesional de lo laboral y, aunque seguimos obsesionados en decirlo, en el fondo no nos lo creemos.
En el caso de mi socio, cuya separación se produjo en el año 2006, tuvimos que separar lo profesional para salvar lo personal, había una familia de por medio. Acertamos de lleno. Después de una etapa de cierta tensión, la última vez que nos hemos visto, y lo hacemos con cierta frecuencia, hemos comido juntos en su casa con nuestras familias, y hemos pasado un rato estupendo.
A veces es necesario tomar decisiones probablemente incomprensibles. Solo el tiempo nos dirá si hemos acertado.
Las relaciones se construyen durante años. Podemos intentar hacer borrón y cuenta nueva en determinados momentos, pero es evidente que nunca podemos olvidar toda una trayectoria, haya sido buena o mala. Tener enfrente a una persona hace que recordemos tiempos pasados. Incluso cuando no está con nosotros nos acordamos de ella y de todo lo que hemos vivido.
Normalmente, si le tienes cierto afecto, recuerdas los buenos momentos, y al contrario, cuando estás enfrentado, de lo único que te acuerdas es de las disputas que has tenido.
Las dos situaciones hacen, en mi opinión, que no puedas tener un razonamiento objetivo ni de la persona ni de tu relación con ella.
Posiblemente una de las peores situaciones, o mejor dicho, sensaciones que se pueden vivir en una relación, son los momentos de decepción, que coinciden con la pérdida de la confianza que tenías hasta el momento.
Cuando esto se mezcla con una actividad profesional al nivel que estamos exponiendo (Franquicia-Grupo de empresas), esa decepción se magnifica.
Tienes dos opciones. O miras hacia otro lado y sigues adelante, o sigues adelante y miras hacia otro lado.
La  primera opción supone mantener la misma implicación en el grupo franquiciador. La segunda conlleva seguir en el grupo franquiciador siendo un franquiciado de tercera o de cuarta. Como en la mili, pasar desapercibido. Al fin y al cabo, siempre hay café para todos hagas lo que hagas.
¿Qué valoras en un momento de decepción? Cuando creías que tu relación con alguien se basaba en el desinterés y en la confianza ( un amigo de verdad, nunca pide un favor y espera algo a cambio, lo hace desinteresadamente, y hará cuantos favores considere necesarios sin que se los pidan ) de pronto encuentras el interés y la desconfianza. Es un momento en el que no entiendes un comportamiento que hasta ese momento desconocías y no esperabas del otro bando. Durante un tiempo, unas horas, unos días, incluso meses, recuerdas todas y cada una de las acciones importantes o insignificantes, de las conversaciones mantenidas, de la colaboración aportada,......, y comienzas a relacionar hechos. Como los pensamientos agradables ya no lo son tanto, esta relación de hechos la enfocas desde una perspectiva radicalmente distinta. Piensas en que todo aquello que te parecía tan bondadoso, ocultaba ( y vamos a dar un margen ) una recompensa posterior. A la postre, una relación interesada por una de las partes. Las cosas encajan de tal forma, aunque no lo quieras, que hasta tú mismo te sorprendes. Automáticamente, y de forma inconsciente comienzas a rechazar esa relación. Intentas mantener la personal, pero tu subconsciente no te deja, y cada vez, con más intensidad, te vas alejando en todos los sentidos. Cumples con tu parte y nada más. De vez en cuando intentas recapacitar y convencerte de que aún deseas mantener la amistad personal porque realmente sientes un cariño especial por esa o esas personas. Incluso te ves con ellos y saludas como siempre, con buen ánimo, pero dentro de ti hay una lucha entre el rechazo y el perdón. Sigues sin creer que, en cierto modo, te hayan "traicionado".
¿qué otros contactos y relaciones hemos mantenido en estos años?, evidentemente hay otra parte interesantísima. La relación con el resto de los franquiciados.
En un grupo, dentro de la franquicia en España, tan numeroso de empresarios entregados a la causa común de recogida de cartuchos vacíos para la franquicia, es lógico, como ocurre en grupos más reducidos y de cualquier otra índole, que surjan amistades y asociaciones diversas. Normalmente por afinidad, pero también por interés, o por espionaje, que tampoco hay que descartarlo.
Hasta que todo fue normal, y cuando digo normal me refiero a que trabajábamos para la franquicia exactamente el 10% de lo acordado, las relaciones fueron por afinidad y amistad. Cuando ese 10% se incrementó de forma considerable y fuimos conscientes de ello, además de las de amistad, surgieron otras por intereses económicos. Y dentro de las de amistad, surgieron igualmente asociaciones empresariales para consecución de objetivos, o petición de nuevas condiciones, condiciones que igual que se pactaron, desaparecieron por imperativo legal o por cambio de opinión o estrategia de forma unilateral. Una cosa es cambiar un procedimiento y dar cumplida información, y otra muy distinta cambiar o aplicar condiciones no pactadas por motivos que nadie conoce o solamente supone.
Al igual que en este puñetero país, donde estamos como estamos y ninguno salimos a la calle con todas las consecuencias y de forma definitiva, en esta franquicia, hay algunos que "donde los sientes, ahí se quedan".
Yo siempre me he caracterizado, entre otras muchas virtudes y defectos, por decir lo que pensaba, para bien o para mal. Comprenderéis que esto hace que tengas muchos amigos o muchos enemigos. Pero lo que también se consigue con esto, es dormir a pierna suelta todos los días. Sin preocupaciones y relajado.
Por lo general, cuando a una persona le dices lo que le gusta oír, está a gusto, contenta, relajada, etc, etc,. Cuando le llevas la contraria y además defiende solo sus intereses, se incomoda.
En esta franquicia siempre se ha aceptado todo como algo normal. Tanto, que al cabo del tiempo este comportamiento es tan habitual por ambas partes que se ha transformado en costumbre, a nadie le extraña. Y me explico. La relación franquiciador - franquiciado, se ha caracterizado fundamentalmente por la iniciativa del franquiciador. Nunca se ha visto una propuesta profesional interesante por parte de un franquiciado. Ya comentaremos por qué.
Entonces, en esta dinámica, qué podemos esperar de un grupo en el que solamente manda uno y además se hace cada vez más fuerte en cuanto a decisiones, sin oposición alguna. Podemos llegar hasta tal punto que cuando alguien advierte de un problema serio o se opone a determinadas decisiones, la postura del franquiciador sea tal que rechaza absolutamente todas y cada una de las propuestas y hace oídos sordos a todo.
Como ejemplo diré que, en su día se les advirtió de un problema grave en el almacén Central. Después de 5 años, seguimos con el problema y sin visos de solución.
Surgieron algunos grupos descontentos con la situación y otros con el ánimo de poner en marcha nuevos negocios. Hasta aquí parecía que había nacido un nuevo sentimiento donde antes no existía una cultura mínimamente empresarial. Pero si analizábamos la trayectoria individual y colectiva de todos nosotros, estaba claro que aquello no podía llegar a buen término. Se convocó una reunión en Madrid para tratar el tema, a la que asistió la propia Central como invitado a esta propuesta (ellos las llevaban haciendo desde el año 2004). La presencia de la Central en esa reunión quedó, para mí, totalmente explicada unos meses más tarde. Fue lo que yo intuía y comenté con algunos de los compañeros de franquicia. A ellos no les costaba nada y no perdían nada por estar allí y comprometerse con todo; ya tenían sus "otros negocios" en marcha, y aquello solo suponía quedar bien.
Yo simplemente, ante la siguiente argumentación a mi pregunta de por qué ahora sí estaban dispuestos a  poner en marcha nuevos negocios de manera tan decidida y antes no, a lo que algunos contestaron literalmente que "porque hemos visto las orejas al lobo" (pobre argumentación para la necesidad que teníamos de unos principios empresariales sólidos), me levanté de la reunión y me fui. Evidentemente aquello no tenía futuro.
Al día siguiente me llamaron los responsables de la franquicia, no tan sorprendidos por mi decisión, y les anticipé que aquello no podía terminar bien, habida cuenta de los "sólidos argumentos expuestos".
Unos meses más tarde, en un comunicado demoledor, por parte del responsable del área comercial de la franquicia, ellos mismos dieron por terminada su participación en lo que se había autodenominado ADE (Asociación para el Desarrollo Empresarial). La frase definitiva fue: " Como dicen en mi pueblo, lo que no sirva, que no estorbe".
Esta fue, a mi modo de ver, la venganza personal de la Central, a todos los intentos fallidos por su parte, de poner en marcha nuevos negocios y "sacar tajada", al tiempo que habían demostrado de que nunca serían capaces, los franquiciados, de poner ningún negocio en marcha de forma conjunta. En esto tienen toda la razón del mundo.
ADE siguió dando tumbos unos años más, sin actividad alguna y sin ganas de disolverlo por cuestiones tan obvias como que la cuenta bancaria tenía un saldo importante y nadie quería abandonar para no perder su parte. Creo que era mucho más fácil. Disolver y repartir. Ni eran capaces de pensar esto, ni eran capaces de ponerse de acuerdo. Creo que no me equivoqué al marcharme de la reunión.
A partir de aquí, hubo, al menos lo parecía, dos bandos bien diferenciados. Los que eran más afines a mi modo de pensar, y el resto. Con el tiempo las diferencias con la Central se fueron haciendo más latentes, de forma que por si misma era un bando más, el tercero.
En un intento por transformar la franquicia y pedir una mayor profesionalidad y otros cambios más acordes con la actualidad, seis de nosotros hicimos varias reuniones y en dos ocasiones pedimos reunirnos con la Central. Todo fueron negativas y por supuesto, nuevas decepciones. En mi opinión, a partir de ese instante, tuvo lugar el tercer "antes y después" en nuestra relación con la Central, y en nuestras relaciones individuales y como grupo.
Después hicimos nuevas deliberaciones para decidir sobre algunos temas importantes en el devenir de la franquicia, aunque después de la actitud de algunos de los seis participantes, todos los intentos han sido vanos.
Una vez más, los intereses de todos no eran los mismos (y solo éramos 6), cuando parecía todo lo contrario.
Hasta tal punto se ha enfriado la relación con la Central, que los propios franquiciados me llaman a mí para contarme sus alegrías y sus penas, preguntarme cómo va el movimiento de mercancía en el almacén Central, pedirme opinión sobre la marcha de la franquicia y que les cuente cosas de Madrid. En el aspecto de comunicación y confianza, está claro que he sustituido a la Central, sobre todo en el de confianza. Desde mi punto de vista, esta es no solo una situación muy preocupante, sino también un gravísimo error de nuestra central franquiciadora.
Esta nueva relación establecida entre con el resto de franquiciados no me pilla de sorpresa por varias cuestiones. La primera de ellas es la proximidad al almacén. Las otras, supongo que unas veces será por afinidad, amistad, interés, curiosidad, o vaya usted a saber. Lo que si puedo decir es que cuando en la situación que estamos viviendo haces un esfuerzo diario para levantarte con buen ánimo e ir a trabajar, siempre hay alguien que te llama contándote sus penas y te arruina el día. Te deja la moral por los suelos. Si es un amigo, le tienes que escuchar y darle ánimos, faltaría más.
En mi caso no, porque lo estoy viendo todos los días, y sé lo que hay, pero para algunos de mis compañeros habría bastado un comunicado en determinados momentos de activación de ventas, como: "Muchachos, esta semana se han cargado 4 container completos de mercancía". No habrían dicho ninguna mentira y se habían recuperado cuestiones tan importantes como la comunicación, la confianza y el ánimo, en momentos difíciles. Hasta en este aspecto he tenido que sustituir a Madrid. Puede que la falta de contacto con la red les hiciese ignorantes del estado de ánimo y las dificultades por las que estaban pasando algunos. También la lejanía o distanciamiento que en los tres largos últimos años han mantenido los propietarios del negocio.
Es más, en un intento de desvincularse como activos trabajadores y dedicarse a ser propietarios, "ficharon" a un director financiero y un director comercial en el año 2011.
El resultado fue como la noche y el día. 
Un director financiero absolutamente fantástico como persona y como trabajador. No habría palabras para describir la amabilidad, los buenos modales y su capacidad profesional.
Y un director comercial cuya primera impresión es que se trataba de un representante de alguna marca de cerveza. No llegamos a adivinar la marca, solo veíamos la caña. Nunca hemos entendido cómo no fueron capaces de ver lo que vimos el resto de los mortales nada más conocerle. Por aquello del asentamiento y conocimiento del negocio, algunos le dimos dos años. Otros más sagaces no le otorgaban más de un año. Menos mal, si está con nosotros dos meses más, nos vamos a pique con el transatlántico que nos habían mostrado en la presentación de una nueva línea de negocio y lo que pretendían que fuese la nueva imagen de la franquicia. Relación efímera, pero intensa. Una persona que está a tres metros de tú puerta y no es capaz de pasar a saludar, estando en el mismo barco, no es de fiar.
Prácticamente, la única comunicación, con independencia de quien está o haya estado al frente en los últimos años, ha sido la lista de precios mensuales que nos pasan por correo electrónico con una breve o nula explicación de la situación y las razones por las que suben o bajan los precios. Supongo que cada uno analizará todos y cada uno de los precios y modelos, además de otros aspectos importantes que influyen, y sacará sus conclusiones. Desde luego yo saco las mías.

En definitiva, tendemos a relacionarnos mejor con aquellas personas que son más afines a nuestra forma de pensar, al menos en lo básico. Cuando la gente no oculta nada, las relaciones suelen mantenerse estables. Cuando no sufres decepciones importantes (sentirse traicionado), las relaciones suelen mantenerse estables. Cuando actúas libremente, sin tapujos, eres claro, no engañas a nadie, te muestras como eres, dices lo que piensas en todo momento para bien o para mal, las relaciones suelen mantenerse estables. A esta claridad de expresión algunos lo llaman ser poco sociable (o ser insociable). Utiliza la mano derecha para extraños, no para tus amigos; puede que algún día te reprochen que no les hayas reñido por comportarse de forma incorrecta, o tengas que ponerles en su sitio cuando ya es tarde. Si haces lo contrario, las relaciones se tambalean. No importa si son profesionales o personales, individuales o de grupo, los comportamientos y las reacciones, sobre todo con determinados estímulos externos, conscientes o inconscientes, son patrones que se repiten continuamente.
!! ah ¡¡ y antes de tomar una decisión sobre una relación, no lo hagas en caliente. Medita lo necesario, compara, verifica, habla directamente con la persona o grupo de personas implicadas, no permitas chismorreo de terceros, y después decide. El roce hace el cariño o el desencuentro. La intensidad en los contactos y la comunicación hacen que mantengas una relación o que la pierdas.