martes, 14 de agosto de 2012

La situación actual. La Franquicia


LA SITUACIÓN ACTUAL


Cita: "Yo no soy mejor que los demás, simplemente me debo a mi trabajo, a mis amigos y a mi familia"

Tras el contenido mostrado hasta el momento, podemos preguntarnos cuál es el balance después de todos estos años.
Nunca llueve a gusto de todos y las opiniones son muy variadas, de forma que estamos en los dos extremos. Me atrevería a decir que en tres. Dos grupos bien diferenciados entre los franquiciados, y el propio franquiciador.
La distancia tiene mas desventajas que ventajas y depende de cada uno cómo adquiere sus compromisos con los demás, cómo los afronta, cual es su responsabilidad, su moral, cómo los interioriza, cuáles son sus principios en la vida, hasta dónde llega el grado de cumplimiento de todos ellos y sobre todo, cómo se ha visto afectado y ha reaccionado frente a las las variaciones positivas o negativas que hemos vivido en estos años.
Por supuesto que influyen más elementos en muchas de las decisiones, estrategias, búsqueda de objetivos, relaciones personales y empresariales (como hemos visto), de manera que todo ello desemboca en la situación actual de cada uno. No se puede olvidar o aislar una trayectoria de 12 años, para evaluar la situación en la que están todas y cada una de las empresas.
¿Estaríamos mejor si, de acuerdo con nuestras posibilidades, hubiésemos arriesgado más o invertido más dinero? o por el contrario, ¿estaríamos mejor si no hubiésemos arriesgado tanto o invertido menos dinero?. Solamente si tuviésemos otra ocasión para repetir esta aventura lo sabríamos. Lo más probable es que todo aquello que hicimos de una manera determinada, lo haríamos exactamente igual ahora.
Personalmente cambiaría muchas cosas, pero lamentablemente, si volviésemos atrás, no tendría la información que tengo en este momento y tendría un futuro tan incierto como entonces.
Desde siempre ha existido una cierta anarquía en las actuaciones de un determinado sector de la franquicia, anarquía que ha ido rotando en función de los tiempos y en el sentir de cada uno. En este escenario ha habido algún elemento común que más que unir, han separado lentamente el sentimiento de lo que desde siempre se ha reivindicado en la franquicia y que cada vez es más inalcanzable, el de ser un verdadero grupo. Un equipo de trabajo, como hemos dicho anteriormente, cuyos objetivos fuesen comunes y cuya dirección fuese la misma. Nunca se ha conseguido, y de ahí esa manifestación individual en todos y cada uno de los aspectos del negocio.
Uno de los elementos comunes más significativos y que no se ha sabido manejar es el que con gran acierto y clarividencia manifestó en una ocasión uno de los franquiciados, el "Café para todos".
No importaba tu implicación, aportación o dedicación al negocio. El premio era común (para bien y para mal).
Esta forma de actuar ha dañado de una manera clara el devenir de la franquicia a lo largo de los años. Tanto para aquellos que se implicaron hasta la médula, como para aquellos que simplemente funcionaban a modo de elemento simbiótico, resultaba contraproducente ya que cada vez con mayor fuerza alimentaba el odio y el parasitismo. Nunca entendimos, y seguimos sin entender, esta falta de tacto en la gestión de la franquicia.
Se pretendió arreglar en un determinado momento con un sistema de bonificaciones y penalizaciones que nadie ha entendido nunca y que sin duda, a pesar de esas bonificaciones y penalizaciones, siempre ha escondido un doble fondo y ha sido totalmente estéril en la búsqueda del objetivo principal. Con ello se pretendía bonificar los valores de aquellos cartuchos más demandados, de forma que nosotros pudiésemos hacer un esfuerzo en la búsqueda de esos cartuchos y en la pugna de precios con la competencia. Estrategia totalmente inútil teniendo en cuenta que en cada zona se recogen siempre los mismos modelos, y de forma muy aislada encuentras alguna operación por sorpresa que contiene alguno de los modelos más demandados. Claro, también son los cartuchos en los que la Central consigue mejor margen con respecto a nuestro precio. Otra de las bonificaciones proviene del número de cartuchos enviados. Se consigue una bonificación sobre facturación. Puedes enviar modelos más buscados o no. Si envías aquellos menos demandados también tienes la bonificación por número de unidades.
Hay un dicho muy conocido que resume en muchos de los aspectos del negocio las acciones de la Central y es: "Nadie da puntada sin hilo", Hay otra que pude escuchar un día, y que me causó una enorme decepción por quien la dijo y en qué momento, muy similar al sentido de la anterior: " Lo que quitamos de un sitio, lo tenemos que poner de otro". Claro, cuando escuchas esto de boca de alguien en quien has confiado durante muchos años, quedas desencajado y confuso.
Es un buen principio empresarial como un elemento más a utilizar en el equilibrio de ingresos y gastos, estamos de acuerdo pero, cuando sitúas esta frase en un contexto como el de la franquicia, es prácticamente una provocación, además de una incoherencia y una hipocresía. Rompes con muchos de los principios que has querido transmitir desde siempre.
Cuando un problema es pequeño puedes poner remedio sin emplear muchos medios, a veces basta con una conversación. Pero cuando el problema es grande, normalmente ya es tarde para arreglarlo de una manera conveniente y amigable, se escapa a tu control y te ves desbordado para afrontarlo con garantías.
Siempre ha habido y habrá personas más inteligentes que otras, gente más lista que otros, también más pícaros, más avispados, más jetas, más aprovechados y los que saben manejar cada una de las situaciones para sacar beneficio propio.
Esto ha ocurrido en la franquicia desde el primer día. Determinadas operaciones prohibidas por contrato, se han venido practicando de forma habitual, de manera que han ido minando la paciencia del resto de franquiciados. Hemos vivido un "mirar hacia otro lado"; supongo que en unos casos sería por desconocimiento y en otros por conveniencia. De la misma manera que está ocurriendo en este momento, pero con claras diferencias en cuanto a la magnitud del problema.
Este "campar a sus anchas", como decimos en Castilla, no solo ha supuesto las reticencias del resto de compañeros sino que ha hecho un daño terrible al concepto del negocio y como se suele decir, " de aquellos polvos vienen estos lodos ". Ahora mismo es muy complicado afrontar este problema.
Hoy, 14 de agosto de 2012, el negocio sigue funcionando, porque hay un mercado muy activo y con una esperanza de vida aún larga ( aunque probablemente sufra una transformación que ya hemos previsto ), pero la franquicia como tal, " está hecha unos zorros ".
Nuestro cliente principal es nuestra Central, y solamente lo vemos como nuestro cliente principal, no como nuestro franquiciador. En muchos casos ya no es ni siquiera nuestro suministrador de material de almacén para el embalaje de los cartuchos vacíos.
En un aparente intento de reconciliación y entonación del mea culpa nos convocaron hace muy poquito a una reunión para, en principio, reconducir la situación de la franquicia. No voy a entrar en detalles, pero el resumen es que, como otras muchas reuniones que se han llevado a cabo en el seno de la franquicia, fue una pérdida de tiempo inenarrable e irreparable. Al menos para mi. Puede que no tanto para ellos, pues aún desconozco el objetivo real de aquella reunión. El contenido de alguna de las reuniones, aún lo estamos buscando.
Reuniones ha habido muchas. Con la franquicia, entre los franquiciados, con la franquicia por zonas, entre los franquiciados más afines, entre los franquiciados con algún interés en común, etc.
Hace no mucho tiempo, me llamaron para invitarme a una reunión en la que el tema principal era la situación de la franquicia ( la historia de siempre y los resultados de siempre ) y qué podíamos hacer para arreglarlo. Después de haberme partido la cara con un montón de gente pidiendo eso mismo durante varios años y aguantando las quejas de unos compañeros franquiciados que no era a mí a quien tenían que llamar, sino a la Central, los que me conocen habrán adivinado que decliné la invitación, como también rechazé una propuesta similar de otro franquiciado que tras una conversación con él en la que siendo el tema principal, cómo no, la situación de la franquicia y habiendo estado en reuniones selectivas, durante cuatro años, para tratar ese mismo tema en las que personalmente había expuesto las soluciones a nuestros problemas (podían o no ser las acertadas, pero, al menos, tenía un plan ) y haberme dicho que estaba decepcionado, desilusionado, me dice que habrá que hacer algo ¿no?. Por supuesto que le mandé a la porra y dejé bien claro que no quería saber ni conocer ninguna de sus propuestas de ahora en adelante.
La conclusión en esta última convocatoria en Madrid, fue la de hacer reuniones por zonas próximas y seguir un guión que establece la franquicia (así lo he entendido yo ) para, en la reunión, hablar sobre cómo trabajamos cada uno y cómo podemos mejorar. Esto, doce años después de estar en el negocio (reuniones de trabajo para mejora de sistemas) , con algún franquiciado próximo a la jubilación, con tres zonas de franquicia perdidas, alguna otra mal explotada o atendida y otra más tirada a la basura.
Yo siempre advertí de que "con estas mimbres íbamos a hacer pocos cestos", y lamento profundamente decir que no me he equivocado.

¿Cómo retomar la situación y encauzar de nuevo la franquicia, recuperando la confianza en los gestores y ellos en nosotros? 
Si no ocurre un milagro, y antes está el de la recuperación de la economía española (va para largo), esto no lo arregla nadie.
El distanciamiento entre la Central franquiciadora y el resto de componentes de este mal llamado Grupo, es tal, que en determinadas épocas se pasan meses sin tener noticias de ellos, exceptuando los precios mensuales. Ni ellos han hecho nada por recuperar ese contacto que debe existir entre las dos partes, ni nosotros echamos de menos noticias sin contenido.

Hay otras cuestiones que recuperar y otras que dejar de lado. Algunos hemos pedido desde hace años la profesionalización de la franquicia. Creo que ya es tarde, pues se han instalado una serie de costumbres y posiciones de algunas delegaciones, que van a complicar la implantación o la reorganización de la franquicia hacia un modelo más profesional.
Un modelo más profesional no pasa por mejorar los procesos diarios de trabajo, que también, pasa por tener un equipo de gente profesional y competente. Lo que dije en la última reunión: tenemos negocios y tenemos empresas en el grupo de franquiciados. Ahora también es tarde para plantear una “limpieza”; probablemente habría que limpiar a todos y hacer franquicia nueva, estoy convencido de ello, pero esa ocasión ya la hemos dejado escapar, ahora toca remar con los que somos pero yo añadiría que sería bueno remar solo con los que estamos.
¿Sería buena idea fusionar empresas para realizar una mejor gestión y hacernos más fuertes?, Podía ser una buena solución. Ahora bien, en la relación o relaciones establecidas en este mal llamado grupo, es algo absolutamente imposible. Estoy convencido de ello.



¿EL GRUPO ?
Después de doce años en la franquicia, y siete u ocho oyendo hablar del concepto de grupo, uno se pregunta si ha merecido la pena tanto esfuerzo para tan poca recompensa. Puede que profesionalmente tengamos la satisfacción de haber mantenido a nuestras empresas en un mercado difícil de tratar por los continuos vaivenes de precios, los continuos ataques de la competencia, la inestabilidad del propio mercado y otros aspectos propios del entorno económico, que hemos sufrido y continuamos padeciendo todavía.
A pesar de todo, y de forma inconsciente, lo que nos ha mantenido fuertes ha sido el modelo de franquicia que, se ha manifestado como un valor importante y además ha aportado ese concepto de grupo que tanto hemos deseado y nunca hemos tenido; y lo ha hecho a través de la interacción, que sin duda alguna es la esencia de un grupo.
Una pluralidad de individuos que se relacionan entre sí, con un cierto grado de interdependencia, que dirigen su esfuerzo a la consecución de un objetivo común con la convicción de que juntos pueden alcanzar este objetivo mejor que de forma individual, es un grupo.
No habría grupo sin interacción, sino simplemente un cúmulo de personas sin más, sin sentido ni dirección ni propósito.
En el fondo hemos sido un grupo de personas que se han encontrado; con todos los aciertos y errores hemos llegado hasta hoy sin interactuar.
Hace algunos meses se nos presento una oportunidad única de conseguir formar un equipo ( no un grupo ) que integre todas y cada una de las acciones para conseguir lo que todos buscamos, salir de la situación de estancamiento en la que están la mayoría de los franquiciados y lograr por fin ese ansiado GRUPO de franquicia (solo como arma comercial) para trabajar como un equipo que tiene objetivos comunes y donde el nivel de compromiso, los valores compartidos, las habilidades, y la interdependencia se manifiesten de manera rotunda.
Para ello debemos desechar la idea de franquiciador y franquiciado como principio empresarial básico en nuestras intenciones, pero sobre todo, no cometer los errores del pasado, de lo contrario volveremos a fracasar.



Con lo que tenemos que luchar de verdad es contra nosotros mismos al tiempo que debemos marcar un objetivo común. Estaremos de acuerdo en que sin objetivo, no sabemos hacia dónde vamos. Y debe de ser un objetivo común para las dos partes, franquiciador y franquiciados; si cada uno tenemos intereses y objetivos diferentes, es mejor que rompamos la baraja. Aquí estamos para ganarnos la vida de la mejor forma posible y si surge una idea aislada que nadie quiere compartir, de acuerdo, que la desarrolle, pero que no sea una rémora para el resto de empresas, incida de forma negativa o sea una base para aprovecharse de los demás de manera que reste recursos al resto del grupo, al fin y al cabo monetarios, porque todo lo que rodea a una empresa, al final se mide en dinero.
Si no somos capaces de corregir esta situación, lo que tenemos que plantear de verdad es si queremos seguir en la franquicia o ir por nuestro lado. O estamos o no estamos.
Deberíamos sentarnos a negociar nuevas condiciones. Las que teníamos o tenemos desde que empezamos, ya no encajan después de 12 años. Renegociación de condiciones para una franquicia que ha crecido de forma brutal y necesita nuevos acuerdos y nuevas formas.
Seguro que existe una fórmula para recuperar la comunicación, la confianza y la fe en nuestras posibilidades individuales y colectivas, pero aún no lo hemos descubierto.



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