viernes, 24 de agosto de 2012

Ultima entrega de "La franquicia" : El futuro



Con el panorama descrito en la situación actual de la franquicia, alguno se preguntará ¿por qué no se ha roto esta agrupación?
La respuesta es tan simple como evidente; por puro interés económico.
La crisis está pasando factura desde el año 2007, y a duras penas soportamos nuestros negocios individuales para cubrir gastos. Los recortes en personal y la reestructuración de los procesos o planificación de la logística y los márgenes, se han visto afectados en aras de conseguir una mayor rentabilidad en cada uno de ellos.
Cuestiones que antes no se nos pasaban por la cabeza, ahora cobran un sentido económico importante. Muchas de estas cuestiones pequeñas, al cabo del año suponen un ingreso importante.
Hemos comenzado a vender todo el cartón y plástico que separamos en cada una de nuestras revisiones; vendemos todos los CD y DVD que aparecen en nuestros contenedores, vendemos o eliminamos de forma gratuita buena parte de los residuos derivados de las recogidas de cartuchos vacíos. Cada vez más, eliminamos puntos de recogida no rentables y proponemos la prestación de la gestión de residuos con un coste por kilo y un tanto por transporte. Vendemos a terceros todos aquellos cartuchos vacíos que por cuestiones técnicas de calidad o por no estar en lista, rechaza nuestra central.
En la gestión de residuos ya no es el precio que te pagan, es lo que no gastas.
Hemos ampliado la línea de productos a la venta. Desde consumibles originales como complemento a la recogida de vacío, hasta mobiliario de guardería, pasando por complementos informáticos, material de oficina, material escolar, reparaciones (asistencia técnica), gestión de otro tipo de residuos, etc.
Todo ello, en el balance anual supone un mayor beneficio que ayuda mucho a mantener nuestras empresas.
Estamos en una situación pintoresca y llena de contradicciones, en la que todo el mundo se queja, pero nadie hace nada.
Supongo que el amparo de una franquicia que paga (cada vez menos en relación con los precios de mercado) cristianamente nos retrae a la hora de abandonar el barco y lanzarnos a la aventura individual, donde probablemente tendríamos que hacer un esfuerzo tremendo para situarnos en el mercado y ganar un prestigio.
Existen tantas razones e impedimentos como franquiciados somos. Cada uno con sus problemas, con sus circunstancias, con su forma de ser.
En unos casos, como he dicho antes, es el amparo, en otros la nostalgia (estoy seguro), en otros la aversión al riesgo, o simplemente con lo que tienen y cómo están les basta. En otras es el miedo.
Esta situación de querer y no poder sin una causa justificada (nadie está obligado a permanecer donde no está a gusto) me recuerda a la película dirigida por Luís Buñuel, El Angel Exterminador, en la que sin saber por qué un grupo de personas que asistía a una fiesta y se concentraba en un salón de una casa, cada uno con sus razones y sus circunstancias, no era capaz de poder salir de ese salón aunque nadie lo impedía, solamente había de salir por la puerta, así de sencillo.
Alguien que en los años 2001-2002 fue valiente y se arriesgó una vez con este negocio, no puedo creer que no sea capaz, de nuevo, de arriesgarse con otro. Realmente ya lo estamos haciendo al margen de la franquicia con nuestros negocios complementarios.
Esta es la otra razón. Tengo negocios complementarios que funcionan medianamente bien, y tengo la franquicia que es segura todos los meses aunque no esté muy conforme con algunas cuestiones. Interés económico.
Este es a grandes rasgos y en mi opinión el planteamiento desde la posición de los franquiciados pero, ¿cual es la posición de la central?, ¿porqué no ha abandonado ya el negocio, cuando la franquicia ha estado en venta durante al menos 4 años? ¿qué es lo que ha retenido a la central a abandonar el negocio?
Solo puedo hacer un planteamiento personal, a la vista de lo que he visto y vivido, por tanto no tiene por qué ser algo exacto, solo mi opinión.

En el año 2006, percibimos un hartazgo del negocio por parte de los franquiciadores. Ocasión que no dejé pasar por alto para hacerles un comentario al respecto, que nunca me negaron. Después del esfuerzo que supuso la expansión de la franquicia por el país vecino (Francia) y también los ingresos por derechos de explotacion, además del compromiso de contrato por 5 años con cada uno de los nuevos candidatos, no era el mejor momento para abandonar y deshacer el grupo, sí lo era, como puede ser en todo momento, para vender, que siempre es mejor que abandonar y no "sacar tajada".
Otro detalle importante es el momento en que los administradores delegan sus funciones principales a personal contratado, para desligarse casi al 100% de la gestión del negocio, y dedicarse a ser propietarios, además de poner en marcha otras cuestiones personales y profesionales.
En mi modesta opinión, se habían cansado de la franquicia, y aún hoy, están hartos de un negocio que no ha alcanzado los objetivos que tenían previstos o que fueron planificando a medida que crecíamos.
En cierto modo lo entiendo, porque es difícil remar con la "élite de palistas" de que dispone este "grupo".
¿Qué conlleva una expansión a esta escala, entre otras muchas cosas?, un incremento bestial en el número de cartuchos a gestionar. Mayor stock de vacios. Si ha esto le añadimos el comienzo de una crisis en la que la rotación del almacén se reduce a pasos agigantados y ves que comienzas a tener una depreciación del valor de tu mercancía almacenada y le sumas la imposibilidad de vender determinados modelos que antes salían "como churros" y a buen precio, tienes un problema. No solo ya no puedes plantear la venta de una franquicia tan grande, sino que como te descuides pierdes una cantidad enorme de dinero como no pongas remedio. Realmente desconozco el valor de compra de todo el material cuando comienza la crisis, pero sin duda hablamos de millones de euros. Nadie está dispuesto a perder tanto dinero después de tanto esfuerzo.
En ese mismo instante se retoma de lleno el control de la gestión de una manera más directa por parte de los administradores (propietarios del negocio) y nos vemos todos, absolutamente todos, inmersos en salvar nuestros negocios. Con la anarquía descrita en entregas anteriores, llegando hasta hoy con innumerables dificultades, no ajenas a otros sectores y a otras empresas, y soportando los embates de forma numantina. Esperemos que al final no ganen los romanos, no dure esta situación los 20 años de asedio que soportó esta antigua población celtíbera, y tengamos que resistir con tenacidad hasta el límite.

¿Sirve la aplicación de las teorías post-crisis para lo que nos vaya a deparar el futuro?. Solo el tiempo lo dirá. Cuando oímos que aquella empresa que soporta una situación como la actual sale reforzada de la misma, entendemos que si ha aguantado en la peor de las situaciones, lo que venga después es tan sencillo y cómodo que no debería tener ningún problema. Pero después de una crisis viene la recuperación, y depende muy mucho de cómo quedes afectado para afrontar y lograr esa recuperación. Algunas empresas desaparecen después  de haber sufrido lo indecible y haber superado crisis. 
Sigo pensando que, excepto casos concretos, una buena gestión es lo que te salva en todo momento.
Para finalizar, diré que el futuro es tan desconocido como lo era al comienzo de esta gran aventura empresarial. Depende sobre todo de cada uno de nosotros qué es lo que queremos que sea nuestra franquicia, o nuestra empresa. Es nuestra decisión. Podemos seguir estando sometidos a un régimen de franquicia, con el compromiso que conlleva, o ser libres al 100% en nuestro quehacer diario y con nuestro o nuestros negocios. "Nadie nos obliga a ser libres y nadie nos obliga a ser esclavos".

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