En relación con las entregas de "La franquicia, una experiencia en la Red", este viernes se celebró una reunión con un formato de amiguetes que no sirvió absolutamente para nada más que confirmar que en este grupo existen empresarios y empresas, y negocios de barrio. Lamento tener que decir esto de forma tan rotunda pero una vez más mis teorías en cuanto al escaso bagaje empresarial que rodea a este grupo son tan ciertas como demostrables. Cuando tenemos un problema tan gordo como es la viabilidad de la franquicia (ya que el negocio sigue funcionando y dando dinero, menos pero dando ) y la recuperación de la confianza en lo que estamos haciendo para poder continuar en nuestra actividad y mantener al menos y alcanzar posteriormente un nivel de profesionalidad real que no hemos vivido más que algunos hasta el momento, y ya se han pasado 12 años, una parte, la mayoría planteaban problemas como la calidad en las inspecciones de cartuchos y las quejas de cómo se les estaba revisando. Para zanjar el tema de las revisiones, quiero decir que yo he sido la persona más crítica con el equipo humano del almacén central de la franquicia en muchas cuestiones, y como no podía ser de otro modo, también de las inspecciones, pero tengo que aclarar, viendo lo que veo y hablando con ellos, que si este equipo de trabajo rechaza un cartucho, el cartucho está bien rechazado y no hay discusión posible. Realizan un esfuerzo tan grande para mantener ese nivel de calidad que nos distingue del resto, que muchos de los franquiciados no se merecen.
Entiendo que el tema de calidad es crucial en nuestro negocio, pero parecen ajenos al problema real al que nos enfrentamos. ¿De qué sirve preocuparme ahora de la calidad y de cómo me inspeccionan si, con toda seguridad, no ponemos remedio a la recuperación de la franquicia (está hecha unos zorros), tenemos muchas posibilidades de quedarnos sin negocio?
Recuperar esa confianza pasa por reconducir nuestras actitudes, central y delegaciones, no por seguir jugando a ser empresarios sin saber y abriendo la persiana a las 9 para cerrar, con la bata azul puesta, a eso de las 8 de la tarde, cuando la gente ya no compra en los negocios del barrio.
No hemos hecho algunos 400 Km y otros 1.000, para perder el tiempo en tonterías. Cuando en una reunión no encuentras contenido, no ha servido para nada, absolutamente para nada. Algunos hablaban de los famosos tapones de plástico con los que una sencilla familia intenta salvar la vida de su hija. Bien, es una acción magnífica y espero que puedan lograrlo, yo también contribuyo con los que puedo pero, ¿qué tiene que ver esto con nuestro negocio y nuestro problema? Algunos fueron a pasar el día, a otros nos hicieron perder el tiempo.
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