LA FRANQUICIA, UNA EXPERIENCIA UNICA.
(Primera entrega)
Terminada mi formación universitaria, durante los 12 años siguientes, dediqué mis esfuerzos a trabajar por cuenta ajena y al mismo tiempo a formarme y sacar el máximo provecho que ofrecía cada una de las situaciones, problemas, relaciones interpersonales y retos que surgían diariamente en mis varios puestos de trabajo.
Fueron años en los que vestí una bata de médico/enfermero (administrativo en un Centro de Salud), analicé cuentas mensuales y anuales (Técnico de Grado medio en una empresa de transportes), tuve la fortuna de cumplir mi etapa de Servicio Militar como Alférez de Complemento, lo cual me permitió enfrentarme a una relación directa y simultánea con más de 120 personas; cada una con su "formato personal", sus problemas, sus inquietudes, sus manías, etc...
El enriquecimiento en cuanto al manejo de relaciones complejas interpersonales, fue impagable y logré tal habilidad en la reconducción de situaciones límites hacia la normalización de las mismas que hasta yo mismo me sorprendía.
Una de las etapas más enriquecedoras y que me valió como la mejor escuela de formación laboral que pude imaginar, fueron mis nueve años en una cooperativa agraria de segundo grado (una asociación cooperativa de otras de menor grado). Nueve años a "cara de perro" con cada uno de los encargados, presidentes y gerentes de cada una de las cooperativas. Una lucha contínua contra la infracción de prácticamente todas las normas contables, fiscales y laborales que uno se pueda imaginar, además de todas las traiciones personales posibles, pero también de muestras de amistad inolvidables que, después de 15 años de abandonar este puesto de trabajo, siguen tan latentes como entonces.